lunes, 3 de abril de 2023

La adicción a la mediocridad: el deseo de ser como los demás

Por Gema Sánchez Cuevas (Tomado del sitio lamenteesmaravillosa)

Cuando se habla de adicción a la mediocridad, se hace referencia a una metáfora que aplica para muchos hombres y mujeres hoy en día. Tiene que ver con esa obsesión por acatar los mandatos sociales para recibir a cambio una aprobación superflua.


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jueves, 23 de marzo de 2023

Sociedad del espectáculo


Los medios de comunicación configuran el comportamiento de los ciudadanos transformándolos en espectadores pasivos a través de sus mensajes. Esto ha configurado la forma de vida de la sociedad en un espectáculo. Este es un concepto acuñado por el filósofo Guy Debord a finales de los 60' del siglo pasado, en donde se plantea que es una sociedad que se basa principalmente en la imagen, la representación y el entretenimiento. En este tipo de sociedad, el valor de las personas y cosas no se mide por su utilidad o su valor intrínseco, sino por su capacidad para producir una imagen o un espectáculo atractivo.

En la sociedad del espectáculo, los medios de comunicación juegan un papel importante en la construcción de la realidad y la opinión pública, de igual forma la cultura popular también tiene una gran influencia, al magnificar la celebridad y el consumismo. Por el contrario, la alienación y la superficialidad son comunes. No sólo es por medio del contenido por los medios masivos, también se hace a través de la publicidad y el consumo como los principales factores que influyen en la opinión y el comportamiento dirigido a la audiencia.

En cuanto al comportamiento de las personas, la gente no se relaciona directamente con la realidad, sino a través de la imagen o la representación que se le ofrece en los medios de comunicación o en la cultura popular. El individualismo y el hedonismo son también rasgos comunes de la sociedad del espectáculo. Las personas buscan el placer inmediato y la satisfacción personal, sin preocuparse por el bien común o el sentido de comunidad.

La cultura y la política se han convertido en grandes espectáculos mediáticos, en los que los ciudadanos son meros espectadores y consumidores de imágenes, dejando de lado su capacidad de análisis y crítica. La sociedad del espectáculo se ha convertido en una forma de control social, en la que la felicidad se ha reducido a la satisfacción momentánea de nuestros deseos más superficiales, y en la que se ha perdido la capacidad de reflexionar sobre el sentido de la vida y nuestro papel en el mundo.

En resumen, la sociedad del espectáculo es una sociedad que se caracteriza por la imagen, la representación, el entretenimiento y la alienación, en la que el valor se mide por la capacidad de producir un espectáculo atractivo. En tal sentido, las personas han perdido su esencia y que han dejado de lado los valores más importantes, como la solidaridad, la empatía y la capacidad de transformar la realidad en la que vivimos.

miércoles, 17 de febrero de 2021

Casilla 1: la posición del poder


Por: JuanRa Maldonado

En nuestro país, y a nivel mundial, se hacen acciones significativas en todos los campos de la vida para generar espacios de participación de las mujeres. Tal parece que en política esta idea se va aplicando, pero, a pasos muy lentos. Por ejemplo, en nuestro sistema político, social y económico está configurado para que la mujer no tenga protagonismo en el involucramiento cargos públicos. Las próximas elecciones para alcaldes y diputados serán un reflejo de ello.

jueves, 30 de enero de 2020

Kobe Bryant y la fragilidad de la existencia



Por Bruno Altieri

Vivimos sumergidos en una realidad que nos consume a diario. Somos todos, en mayor o menor medida, víctimas de un sistema cuyo combustible primario es el tiempo. El engaño se traduce en forma de dinero, porque así parecería funcionar el capitalismo exacerbado: la paradoja es que quien tiene más bienes tiene, al mismo tiempo, menos horas para disfrutarlos.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Ojalá algún día la educación despierte la misma pasión que el fútbol

Por: Raquel Aldana
Ojalá algún día la educación despierte la misma pasión que el fútbol. Ojalá se haga tan relevante y esencial que nuestros niños y jóvenes puedan disfrutar de una educación de calidad. De una educación en la que los descubrimientos despierten la misma emoción que un gol o una canasta en el último minuto.