miércoles, 22 de septiembre de 2010

Un artículo muy interesante.

De todos es ya conocida la muerte de la Manyula, la elefanta del Zoolígico nacional.
Tras este hecho, les comparto un artículo de Carlos Herman Bruch que coincide con mi forma de pensar: "cómo se ha vanalizado los temas de la realdiad nacional y cómo nuestra gente tiene temas de menos relevancia que le sirven de escaparate, o que es peor, se los ponen de escaparate."
Es difícil entender cómo una muerte de una animal puede promover vigilias y no manifestarnos en contra de la violencia; cómo impacta más la muerte de una elefanta que la de 9 ó 10 salvadoreños a diario;  cómo es que los jóvenes hablan de la muerte de la Manyula y le echan la culpa de su muerte al Gobierno y no hablan ni critican la labor de nuestros funcionarios públicos  y de los políticos.
Sin duda el tema de las Sociedad del Entretenimiento se pone en evidencia.
Y si he dañado susceptibilidades con estas palabras, les pido entonces, que en honor a la Manyula, lean este articulo (leer).

5 comentarios:

  1. Sigo con mi comentario...
    Hoy se conoció que "Empresarios" salvadoreños han ofrecido a la Secretaría de la Cultura un elefante en cautiverio; el alcalde Norman Quijano se ha ofrecido para negociar uno en Taipei....
    Que grandes ofrecimientos de ambos... ¿me imagino que les es más difícil ofrecer una animal que ofrecer empleos, o es más difícil ofrecer otro animal que proponer una veda de armas o acciones para combatir la delincuencia...
    Bien dice el viejo y reconocido anónimo "un pueblo educado pide pan, uno sin educación pide circo" y es que en la Sociedad del Entretenimiento el PENSAR es un delito... los medios nos presentan el nuevo Circo Romano en donde hacen ver que los temas sociales no deben tener importancia... o les pregunto ¿quién se acuerda de la Ley de Medicamentos? ¿por qué no se hace una manifestación para que se apruebe? o qué decir de la Ley de Agua, la explotación minera, etc...
    Mientras sigamos pensando que interesa más protestar por las cachiporras que por nuestra salud, educación y seguridad,sin duda estaremos asistiendo, gratis, a los nuevos espectáculos del Circo Salvadoreño presentado por los medios.

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  2. Los medios de comunicación como siempre dandonos la agenda de que hablar, o mejor dicho ahora diciendonos "por quien llorar". Como bien decia el articulo, la gente ahora se pregunta ¿Qué pasara en El Salvador sin un elefante? y ahi tenemos a Norman Quijano, el heroe del país, y movera todas sus influencias para que en El Salvador no falte un animal de gran importancia... pero igual seguira existiendo el desempleo, el hambre, la corrupción.
    Ahora ya nadie habla de las cachiporras, el tema de conversaciçon es la "pobre manyula" y quizas probablemente vendra otra masacre (ojala q no)de la que todos hablaran, y los grandes estrategas de El Salvador, los creadores de las cortinas de humo se inventaran otra noticia al estilo "circo" para que la gente deje de pensar que El Salvador se esta hundiendo en la pobreza, en la violencia, en la desgracia.

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  3. No es de extrañar la forma trivial del actuar del salvadoreño y de otras culturas, en un círculo vicioso de conductismo elemental el ciudadano común ha sucumbido a la manipulación simplista del sentimentalismo por ello deposita en un icono la representación de emociones que se arrastran por mucho y que se ha atragantan en una necesidad de expresión social.
    En la iconografía simple, la Manyula es una expresión de recuerdos mozos en la paradoja del crecimiento hacia la adultez recubiertos de nostalgia de picardías y travesuras que en el parque zoológico se precipitaron, lo muere no es un animal, es un reflejo histórico de aquellas visitas obligadas o furtivas después de clases, recuerdos atesorados en un marco imaginativo de tiempos mejores y no conflictivos que referían a un actuar sin responsabilidad y a simplemente vivir la vida.
    El ser humano ha creado y necesita iconos para depositar sus emociones, un objeto o un ser vivo que represente algo que nos dé una idea de continuidad y homogeneidad con nuestra realidad. Nuestros ancianos por ejemplo, nos parecen héroes anónimos cuando su longevidad los ha llevado a aferrarse a la vida a pesar que a diario exhalan un poco de esta y su camino está llegando a su fin, los vemos con un estoicismo tremendo de pureza de emociones que tras golpes se levantan y mantienen su camino a pesar de las vicisitudes, ¿era eso LA MANYULA? Que animal del zoológico no hacía referencia a una serenidad longeva tras el paso de golpes de estado, asesinatos y guerras fratricidas manteniéndose como un referente social de paz y parsimonia en el recuerdo de cualquiera que pensara en el zoo y le llevara a su mente la paquidermo y decir “ya es vieja y como ha aguantado tanto”.
    Los salvadoreños en su evolución histórica se les ha enseñado a aferrarse a recuerdos, a figuras míticas de sobriedad inmutable a través del tiempo, está en nuestra idiosincrasia conductista y se transmite por el contagio nostálgico de nuestros creadores para aferrar una conducta preestablecida.
    Y si bien la teoría de la dependencia se usa a favor de trivializar la experiencia humana para hundirse en el sentimentalismo mercadológico, están siempre presentes los indolentes que la muerte es una mercancía que puede sacase lucro de diversas formas, llorar a un mito o matar a cuanta gente se pueda en juegos de consolas cuyos gráficos cada vez son más perfectos simulando a un ser humano.
    Indolente no es el ser humano, sino que se programa para que unas ideas sean más fuertes en la acción de su ser que otras, se pierde la humanidad con un ser humano y se mantiene en alto el humanismo con un animal.
    Bruch, se pregunta cómo se puede ser emocional con un animal e indolente con los seres humanos, cuando hace referencia a la cobardía de algunos a no expresarse él hace manifiesto de enojo e indolencia hacia ese ser humano ¿no pasamos a ser como los sujetos que no deberíamos ser? ¿No es su llamado a una declaración de insurrección que por medio de la frustración emocional solicita detener violencia con violencia?, aclarando que la desobediencia publica al estilo de Gandhi es violencia también.
    Si algo hay que romper es la ignorancia, la ceguera y que un ciego guie a otros ciegos, no es de manifestar que hay error en el sentimentalismo nostálgico, es un error no tomar de la misma forma todo aquello que nos debería llevar a ser mejores con nuestro prójimo.
    No podemos esperar que sean otros los que logren esos cambios, es de promover y hacer que los que están a nuestro derredor puedan discernir lo que es mejor en colectividad y en un bien común sin mezclar los ideales personales.

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  4. Que hacer contra el crecimiento ilimitado de los medios de comunicación y su capacidad de expansión..."hoy es lo mismo que ayer, es un mundo sin mañana"... me hace recordar ese pequeño verso de esa gran canción que hemos entrado en la etapa del desinteres (siguiento la corriente natural de estar cada vez peor) y tal vez esto sea el gran dilema, un analisis de este tipo podría dar para mucho, sociedad y cultura, medios de comunicación, pero centrandonos en la cultura y recordando el retraso que llevamos con respecto a otros paises -supongo yo- ya no es la excusa para poder decir que es lo que nos hace caer en estos juegos, nuestro sistema basico de educación desde primaria hasta la educación superior no muestra en ninguna parte interes por el desarrollo analitico de ninguna manera, pero en España, tambiém hay gente que ve estos factores, como factores crecientes por lo cual -espero no salirme del tema- comparto un articulo de un ex-periodista español Arturo Perez-Reverte, en el que se queja de la falta de analisis de las nuevas generaciones españolas.
    http://xlsemanal.finanzas.com/web/firma.php?id_firma=5150&id_edicion=2687 ____ espero que lo leas Juan.

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  5. Más allá de recalcar el papel de los medios de comunicación en nuestro país, deseo hacer mención de ciertos aspectos que llamaron mi atención dentro de este artículo:
    Primero, muy buen escritor, es extraño encontrar, hoy en día, un escritor que sea capaz de expresar con las mejores palabras su sentir, él lo logró.
    Segundo, comparto profundamente la indignación al ver la magnificada reacción de las personas por el ciclo natural de la vida. Y más aun, porque en vez de emprender plegarias por los homo sapiens –como le llama el escritor- las hacen para animales.
    Tercero, que me perdone, pero si el no ha visto ninguna manifestación, reacción o indicios de vida de parte de muchos de los pobladores, significa dos cosas: o el vive debajo de una piedra, o no quiere ver lo que en realidad pasa.
    Es fácil concluir que probablemente muchas de las acciones que se supone, como salvadoreños debemos tomar, no son las más adecuadas, ni las que realmente resuenan dentro de las cabezas de todos los dueños de los hilos que mueven nuestro país.
    Recordaba un poema de un escritor salvadoreño que creo expresará mejor que yo lo que trato de decir:
    EL SUICIDIO DEL SILENCIO
    Por: Andrés Norman Castro.

    Nuestras siestas
    se hacen con
    ojos abiertos
    soñamos despiertos.
    Nuestro silencio
    es su regocijo
    somos un tema
    ajeno a sus lenguas
    porque las nuestras
    no suenan. Pero
    nuestra palabra hiere,
    es el grito desgarrador
    de la verdad, los hechos
    no dejan callar.
    ¡Que la palabra hable!
    El silencio es el suicidio,
    nuestra existencia ya no
    será un mito y el cielo
    será nuestro, una vez que
    perdamos el miedo
    por el verbo.
    Creo fervientemente que el arma más mortal es nuestra palabra, ¿Por qué no perder el miedo de una vez? ¿Por qué creen que los poetas y periodistas han sido los primeros eliminados en una guerra?

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