Por Hilton Flores
Después del foro que realizará ASDER con los candidatos presidenciales, en las redes sociales durante y posterior a este, muchas personas se manifestaron en contra de las posturas de cada candidato. Resumiendo, las calificaron de “lo mismo de siempre”, “no dicen cuánto costará en dinero y de dónde obtendrán los recursos financieros para cada promesa”, “propuestas absurdas y muy cínicas” etc.
Después del foro que realizará ASDER con los candidatos presidenciales, en las redes sociales durante y posterior a este, muchas personas se manifestaron en contra de las posturas de cada candidato. Resumiendo, las calificaron de “lo mismo de siempre”, “no dicen cuánto costará en dinero y de dónde obtendrán los recursos financieros para cada promesa”, “propuestas absurdas y muy cínicas” etc.
Es lógico ver esas
expresiones de desencanto, y debemos atribuirlas a la educación que
recibimos sobre democracia y del porqué del orden político. De igual forma, pienso que los políticos no entienden la funcionalidad del orden de los tres poderes, en el sentido democrático.
recibimos sobre democracia y del porqué del orden político. De igual forma, pienso que los políticos no entienden la funcionalidad del orden de los tres poderes, en el sentido democrático.
Está claro que la
estructura de gobierno que nace con los burgueses franceses del siglo XVIII, no
se ha traducido en aplicación de “libertad” “igualdad” y “fraternidad” y que la
representatividad ciudadana en un gobierno tripartito (ejecutivo, legislativo y
judicial) no existe. Lo que se ha dado es la representación de un orden de intereses, los cuales se
encuentran en grupos de poder económico e ideológico.
En el triunvirato
de la estructura de gobierno, en lugar de ver la relación en un triangulo
equilátero que armoniza la distribución del poder, hemos visto, por mucho
tiempo, figuras de poder absoluto; las cuales se han individualizado tomando
como pretexto la supuesta independencia
de poderes, pero lo que ha refleja es la confrontación de cuotas de poder.
Veamos la
estructura del poder ejecutivo.
El Ejecutivo
(presidente de la república) es un pequeño emperador con potestad, casi
absoluta, para tomar decisiones a favor de los intereses que más le parezcan,
sin consulta o mediación de los otros poderes. Nunca se ha escuchado que los
proyectos presidenciales se han consensuado con los otros órganos del Estado.
Los candidatos presidenciales se presentan en cada campaña como personajes de
historietas de héroes, adquieren un extraño poder de arrogancia y petulancia: solos,
son capaces de resolver los problemas del país. Proponen solucionar todo, sin
haber planeado cada promesa. Se parecen a un videojuego, en el que cada nivel
conquistado les da más poder para continuar jugando; en fin, no podemos seguir esperando
a un “salvador” que todo lo sabe y todo lo arregla, ese pensamiento caudillista
debe quedar en el pasado de épocas fascistas.
Invito a observar
la estructura de los deberes y atribuciones del ejecutivo en nuestra
constitución.
De acuerdo al
artículo 162 el presidente es el que “nombra…” a los ministros Lo que fuerza a que
nos preguntemos ¿por qué los miembros del gabinete no se elijen según su
currículo profesional e independiente del partido político? Esta inquietud está
justificada en la misma Constitución, véase en los artículos 166 y 167 que habla de un
Consejo de Ministros, el cual, tiene un nivel de atribuciones muy por encima del
presidente de la república. De hecho, la estructura del “Consejo” está
integrado por el presidente, vicepresidente y ministros. En el inciso segundo del artículo
167 se plantea incluso, la atribución de “elaborar el plan general del
Gobierno”. De igual modo establece “Conocer y DECIDIR sobre todos los asuntos
que someta a su consideración el Presidente de la República”.
De acuerdo a la
constitución el presidente no tiene un poder absoluto, por el contrario, la
idea es limitar su poder y dejar su operatividad a ejecutor, y al igual que un
gerente de una empresa que vela por los intereses de sus accionistas, como
administrador publico debe velar por los intereses de todos los ciudadanos.
Por eso pienso, que
un deber de cada ciudadano que pretenda criticar la estructura de gobierno, tiene que conocer lo que está
escrito en nuestra constitución, esta se ha estructurado en base a los principios de las ideas de separación de los
poderes del siglo XVIII.
Nuestra
constitución debe ser objeto de estudio y de crítica en aquellos asuntos en los
que no hay claridad por ello considero que amerita una depuración y readaptación
a nuestras necesidades como nación.
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