En un tiempo ya muy
lejano, nuestro país se enfrento a Honduras en 1969 y que ha llegado a conocer
con el nombre de “la guerra de las 100 horas” o la “guerra del fútbol” ¿las
razones? Muchas ¿pero importan? Si, solo una, el hacer que grupos de personas
se hundan en falsos ideales nacionalistas, agrediéndose, mientras que alguno o
varios ríen
¿Cómo entonces es posible
que sujetos ondeen soberbios y petulantes la dignidad de posición de algo y
otros en un mismo estado de “ebriedad mental” griten que hay que recuperar la soberanía
nacional? Cuando el riesgo se la juega otro es fácil incitar, así pueden erigirse
nacionalistas que se erguirán proponiendo el mandar a otros a la muerte.
Un breve lapso de
historia, entre los siglos XVI y XVII en la Europa feudal, comenzaba la
trasformación en los Estados soberanos, es decir, un Estado en cual un solo
señor sería la guía del gobierno, aquí debemos prestar atención a la palabra “soberanía”, esta implica la figura de un solo
“señor”, enmarcando el poder absoluto de uno. Las monarquías resultantes de
estos nuevos Estados buscaron siempre una excusa para el expansionismo, adujeron en sus guerras que el “enemigo” no
había respetado la “soberanía territorial” del otro, o que no se habían
respetado los derechos por “herencia” de un “soberano” con respecto a un
perdedor, como ejemplo el caso histórico de reclamaciones de los “soberanos” de
Inglaterra sobre su contraparte, la soberanía de Francia, acaecido en la edad
media ¿Qué sucedía con la población? Estos resultaban siempre ser los peones a
sacrificar en las reclamaciones de los “amos”, el vasallo, humilde jornalero o artesano
sencillo, siempre era inducido a defender los intereses de unos pocos bajo el
pensamiento que eran también sus intereses. Se utilizaba cualquier excusa heroica
de propaganda cautivadora enalteciendo
el ego, con lo cual se ofrendara la vida por “tan noble causa”, lo cierto es,
que las muertes siempre han sido más de lo que ha llegado a valer la causa o
situación que las motivo.
En nuestro tiempo, de la
guerra de 1969, la Corte Internacional de Justicia en la Haya, nos expropio
territorio quitado a Honduras en la guerra, hay compatriotas en estos “ex bolsones”,
sabemos únicamente de ellos cuando por alguna razón surge una agravio y ahí nos
recuerdan que son “salvadoreños”, son trabajadores de subsistencia que
desconocemos como viven y qué les cuesta sobrevivir, no nos preocupamos por
ellos salvo surja un incidente con Honduras. Ahora, hay que movernos en
avalancha hacia una diminuta isla de 0,5 kilómetros cuadrados en el Golfo de
Fonseca que nos gusto o no tenemos y debemos compartir con nuestros vecinos.
Más allá de esta
reclamación por una isla debemos ver diversos escenarios.
Primero, el gobierno hondureño,
cuestionado en su legitimidad por su elección, podría buscar un excusa para “enardecer
el patriotismo” esperando la reacción del gobierno salvadoreño y según la
reclamación iniciar un conflicto conveniente al gobernante del país vecino, una
cortina de humo donde un pueblo olvida una situación y se enfoca en el
patriotismo y defensa de su orgullo nacional, desviar la atención de un hecho
por otro disfrazándolo de gran relevancia se ha practicado por siglos.
Segundo, colocar al viejo
y al nuevo gobierno salvadoreño en situación de inestabilidad política regional
e interna, por ejemplo, internamente, sujetos como el ex embajador en Honduras
el señor Ochoa Pérez cuyas declaraciones llevan un sentido de juzgar las
acciones que el gobierno salvadoreño tome con respecto al “helipuerto” colocado
en la isla ¿Pretende el señor Pérez con su expresión “Se necesita una política
exterior más agresiva con Honduras” iniciar hostilidades y que ataquemos el
helipuerto, pretende que se vea al gobierno salvadoreño como incapaz y falto de
iniciativa en la defensa de los asuntos del país? ¿Los hijos de quién y por qué
deberían ir a morir? recordemos, los soldados son de extracción campesina u
obrera y son los peones que caen primero.
Un tercer asunto son, los gastos a incurrir en
mantenimiento de acciones de seguridad o de guerra, esto sería muy elevado,
implica una factura que podría ascender a muchos millones en unas cuantas
semanas, se tendrían que desviar fondos, prestar dinero en el sostenimiento de
esta insensatez.
Un cuarto asunto, los “mercaderes
de la guerra”, siempre hay empresarios-vendedores de armas que se alían con políticos
y militares proponiéndoles jugosos contratos por armamento comprado, les
incentivan a la compra proponiéndoles la necesidad del cuido de fronteras y
formas de vida enaltecidas por el orgullo nacionalista.
Debemos tener mucho
cuidado, nosotros que hemos visto y conocemos de conflictos bélicos, nuestra
guerra nos dejo intolerancia, resentimiento, desapego a la vida y un desdén por
la vida de otros, situación similar manifiestan “ex guerreros” salvadoreños del
69, bajo un falso nacionalismo volverían a enfrentar a otros pobres sujetos y
matarlos por la “soberanía nacional” salvo que ahora les tocaría a sus
descendientes.
Valoremos y no caigamos
en el juego de los manipuladores.
Vamos a ver querido Hilton Tamayo. La especificidad de este conflicto no está en la posible venta de armas, dado que es lo que comunmente ocurre, y en algunas latitudes ha servido incluso para paliar la situación económica en la que se encuentra alguno de los involucrados en el conflicto. Creo que no es nuestro caso. Tampoco el costo que supone financiar una guerra en la medida en la que sabemos que toda guerra es onerosa. Tampoco creo que se trate de un enardecimiento por parte del gobierno hondureño a su pueblo por lo sospechosa que pudieron ser sus elecciones. Honduras, peor que El Salvador, por el ánimo de no meterse en líos padece de amnesia histórica, es decir, pone todos los medios para olvidar pronto. En cambio, tu mención al Señor Ochoa Perez, si que me pone a pensar. Porque una actitud semejante ha manifestado el señor D´Abuison. Entonces uno se pregunta ¿en dónde estriba el interés de ambos señores? y como ambos tienen afinidades políticas es verosímil que su interés recaiga justamente en esas sus afinidades: ambos son areneros. El interés de estos salvadoreños es político. ¿Tienen algún interés el gobierno y los militares hondureños? Sí, pero no son intereses que beneficien a la "hondureñidad" sino que se inscriben en la preocupación norteamericana de que se instaure en El Salvador un gobierno 100% farabundista. Venezuela, Nicaragua y ahora El Salvador, es mucho para los conservadores norteamericanos.
ResponderEliminarVamos a ver mi estimado Ruben Funez, pensar que los conservadores norteamericanos estén de tras de este asunto por temor a gobiernos que rumben su destino al socialismo y eso les cause pánico, no comparto esa visión, para esta potencia la invasión a territorios como el nuestro es un día de campo, y un costo muy bajo para decir que obtengan muchas ganancias en esto. Pongo de manifiesto la isla de Grenada y la invasión a Panamá, la manifestación de fuerza fue contundente y ningún país dijo o hizo nada al respecto.
ResponderEliminarCreo que hay pretextos de orden político para una guerra, pero considero que la causa fundamental es lo económico, no por territorio o el hecho de una simple isla.sino la hegemonía del poder del capital.
Las guerras son un negocio muy lucrativo para los países que venden armas y para muchos que internamente proveen de pertrechos de guerra a los bandos. guerras grandes o pequeñas implican beneficios a pocos mercenarios que bajo el fervor patriótico ondean la bandera de guerra.
Por otro lado, cuando un grupo tilda de inepto a un gobierno por no responder en la defensa del patriotismo, se gesta un grupo de poder aglutinando cada vez más a adeptos a su causa, pongo de manifiesto a los nazis en los inicios del canciller Adolfo y como su causa patriótica los coloco en la cúspide del poder ¿Podría ser posible una causa profana entre derechista de El Salvador con los de Honduras? creo que si, el sacrificio de los "peones" en la estrategia por metas claras lo demuestra en los intereses de los lideres que enfrentan a pobres enajenados esperanzados en defender a la patria.
Los alemanes cuando anexaron Austria y Checoslovaquia en 1938 y la invasión a Polonia en 1939 se enardeció el triunfalismo fascista de los alemanes, mientras ganaron la mayoría de la población de Alemania participo y enarbolo la bandera del patriotismo ¿no ha sucedido lo mismo tras la guerra de nuestros países en 1969? los sobrevivientes de esa época hablan mucho de lo que lograron los soldados salvadoreños en tan poco tiempo ganándole a los hondureños.
Mi hermano catracho, si la insignificancia de un juego de fútbol ha propiciado que la gente se mate ¿a caso la utilización de las rencillas históricas de esta región no ha llevado a mantener disputas por control de territorio?
Me inclino a no estar de acuerdo con tu comentario mi amigo Ruben.