viernes, 7 de marzo de 2014

No todo se vale en política




















Por Luís Armando Gonzáles  Artículo publicado para Contrapunto

Hay quienes creen que en política todo se vale en el afán por hacerse de una cuota de poder.

Se trata de una visión perniciosa para la credibilidad y legitimidad del ejercicio político que, lejos de ser fomentada, debería ser cuestionada y erradicada. Lo curioso del caso es que en nuestro país es cultivada por quienes no sólo se consideran los portavoces teóricos de la
democracia, sino por quienes se consideran sus auténticos valedores políticos.

La reciente campaña del partido ARENA es una muestra fehaciente de un “todo se vale” francamente inaceptable.  Absolutamente ilegítimos son, también, los variados análisis e interpretaciones que, con el propósito de promocionar al candidato de ARENA, han violentado las reglas básicas del razonamiento y del apego a la realidad. También estos analistas y comentaristashan seguido el guion del  “todo se vale”,  olvidándose de la mínima decencia intelectual.

En un país serio, muchos de esos analistas y comentaristas perderían el derecho a seguir viendo publicadas sus ideas. En el nuestro, pronto se olvidará su indecencia, y seguirán siendo las estrellas de unos medios de comunicación también igualmente indecentes.

El derecho a publicar es algo que se gana a partir del respeto mínimo a las palabras y la realidad. Varios “analistas” de nuestro medio han perdido ese derecho, y quien lo dude que dé un vistazo a las columnas de opinión de los dos matutinos nacionales en febrero y marzo (antes del 9) y se dará cuenta de esa traición a las palabras y a la realidad.

En cuanto a la campaña de ARENA, lo peor de la política –mejor dicho, lo peor de la “antipolítica”— ha salido a relucir en ella. Si han inventado realidades falsas y se han puesto en circulación–con la ayuda de varios analistas de marras— sin ningún reparo. Se ha promovido la insensatez ciudadana, y no la capacidad de razón. Y cosa curiosa: muchos de los que reclaman de los partidos políticos propuestas serias, se han sumado a una campaña que ha hecho de la situación de otro país –Venezuela— su tema central. Y si la situación de Venezuela fuera distinta, ¿cuál sería la bandera de campaña de ARENA? Parece que los lúcidos e hipercríticos analistas de derecha no se han hecho esa elemental pregunta.  

Algo que ningún partido políticodebería olvidar es que hay formas buenas y malas de perder o ganar. Se debe intentar, por todos los medios, ganar o perder bien, porque una victoria con suciedad no es una victoria legítima, y denigra a quien la obtiene. Y una derrota obtenida pese al uso de recursos sucios deja el derrotado en una situación de mayor debilidad y sin credibilidad. En otras palabras, en política, hasta en la (posible) derrota se tiene que intentar salir lo menos debilitado y desacreditado posible, porque las derrotas no son absolutas, y quien pierde ahora puede ganar en la siguiente ocasión.

Pero hay partidos que no entiende de eso. Quieren ganar aunque sea de mala manera, y no les da problema ser derrotados cargando sobre sí el mayor descrédito social. Sus líderes e ideólogos no entienden que la única manera de evitar una y otra cosa es hacer una campaña limpia, propositiva y respetuosa de la legitimidad de los demás contendientes a competir y a ser reconocidos en su triunfo si lo logran.

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